29 diciembre 2006

Insert Coins

Septiembre 2004

En esos tiempos solía ir al colegio con WAV y Michot. Una mañana llego al aula y veo a los dos en una fervorosa conversación. Estaba claro que no hablaban de fútbol, así que intenté meterme en la conversación con un simple comentario: “Nuestra generación apesta, 1º voy a ver a los Wailers sin Bob Marley y ahora a los Doors sin Morrison, lo único que me falta es ver a Nirvana sin Kurt Cobain”

Los otros dos me miraron confundidos, estaba claro que SI hablaban de Fútbol. Decidí apartarme y abrí mi libro de historia y ahí encontré una foto: Un hombre con cabeza de moneda de la mano de otro tipo. Eso me recordó una historia y decidí contarsela a Michot y a WAV.

JOTA: Chicos, ¿les conté la historia de cuando conocí a...

Título en Inglés: Monedaman por JOTA (adicto al Tri-Shot)

Traducción: El Hombre Moneda se deprime en Sacoa al no poder insertar fichas


¿Hay algo más depresivo qué un domingo a la tarde?

Si, un domingo a la tarde sin fútbol.

O también podría ser un lunes feriado a la tarde. Y los lunes NO HAY fútbol.

Esta foto estaba en mi libro de historia.

Después pretenden que aprendamos algo.

Volviendo al tema, estar deprimido es lo peor que te puede pasar, excepto que estés cagando y te corten la luz, lo digo por esperiencia propia.

Esa tarde de lunes feriado sin fútbol la pasé con una mano acariciando a mi perra y con la otra sosteniendo un revólver apuntando a mi sien. Pero de repente mi perra me miró y me dijo: ¿Por qué no me acaricias la verga, pedazo de puto? En ese momento me di cuenta que no estaba en mi pieza, estaba tirado en medio de la calle. Tampoco tenía un revolver en mis manos, tenía un Vino Tinto “El Diego”. Tampoco estaba acariciando a mi perra, le estaba acariciando las burras a un linyera. Tampoco era lunes feriado sin fútbol, era sábado. Ni siquiera estaba deprimido, había ido a bailar y estaba en pedo. Bueno, cualquiera puede equivocarse.

Cuando salí de mi confusión me di cuenta que a el linyera le había gustado la toqueteada y quería pasar a algo más íntimo. El hecho se resolvió cuando le di mi vino tinto en tetra, el cual en el mundo de los linyeras vale su peso en oro.

Me alejé de ese lugar por mi seguridad, sin embargo no me calmé, estaba en alguna parte del centro porteño y yo había ido a bailar muy lejos de ahí. Algo misterioso estaba sucediendo. Así que decidí hacer lo que cualquier persona común haría al perderse en el centro, entrar a Sacoa.

Al entrar a los fichines hubo algo que llamó poderosamente mi atención, y no estoy hablando de esos tres pelotudos hiperquinéticos que seguían jugando al Pump It Up siendo las 4 A.M

Lo que me sorprendía se encontraba en un rincón oscuro donde nunca hay nadie, o sea al lado de los Flippers. Era un hombre que lloraba desconsoladamente, pero no era un hombre cualquiera era: El Hombre Moneda.

Ese encuentro fue algo mágico. Fue uno de esos momentos de la vida que te marcan, como cuando las chancles dijeron por última vez “Grande Pá”.

Me acerqué y le dije: “No llores El Hombre Moneda, ya va a pasar…”. El me miró y me dijo “¿Qué cosa ya va a pasar, pendejo de mierda?” a lo que contesté: “ehh, no sé”.

Observé detenidamente a El Hombre Moneda. El era tal cual me lo imaginaba, un hombre... moneda. Volví a la carga de nuevo y traté de tener una conversación con él:

Jota:- ¿ El Hombre Moneda qué te pasa? ¿Por qué llorás?

El Hombre Moneda:- Estoy deprimido, pibe. Estar deprimido es lo peor que te puede pasar excepto que estés cgand…

Jota:- Pará. Yo dije eso en el 3º párrafo y no creo que le haya causado gracia a nadie.

El Hombre Moneda:- A mi me gustó...

Lo señalé y le dije “sos groso sabelo”. El me dijo: “si, ya se” y siguió contándome de su vida, sus triunfos y sus fracasos.

El Hombre Moneda:- Esta no es la 1º vez que me pasa. Yo me deprimí muchas veces en mi vida: durante la hiperinflación en el ’83. Cuando la máquina del colectivo 180 no me aceptó, me trató de trucho y me tuve que volver a pata. También me deprimió la devaluación. Pero esto es peor, una vez que le encuentro sentido a la vida, me pasa esto. Hasta el Peso Boliviano se debe estar riendo de mí

Jota:- ¿Cuál era ese sentido que le encontraste a la vida?

El Hombre Moneda:- Es una historia larga... Si tenés tiempo podría contartelo bien.

Jota:- Tenía que rascarme frenéticamente las bolas, pero puedo posponerlo.

El día que Monedaman

conoció a Bob Marley

El Hombre Moneda:- Bueno. Durante el uno a uno vivía una vida de puro placer. Iba al programa de Mauro, jugaba al golf, salía con modelos, pero todo cambió con la devaluación. Mi vida pasó a valer menos que un chicle Bazooka. En un abrir y cerrar de ojos perdí todo y los que antes decían quererme no estaban ahí para darme una mano. En otras palabras: Los amigos que la fama me dió todo, todo, todo desapareció.

Jota:- Che, lo último que dijiste era una frase de Menfis La Blusera. No podés.

El Hombre Moneda:- Tenés razón, bueno como te decía, en ese momento no sabía que hacer. Entonces decidí hacer lo que cualquier persona con un mínimo de inteligencia haría: Gasté todo mi valor en el Casino Flotante.

Jota:- ¿ganaste y recuperaste tu plata y todo volvió a la normalidad?

El Hombre Moneda:- Ehhhh, no. Como sabrás en ese Casino el alcohol es gratis, pero no es gratis porque sean generosos, sino porque cuanto más tomás, más te emborrachas y más dinero perdés. Eso es “Merketin”

Jota:- Marketing! (como todo adulto el hombre moneda intentaba tirar palabras modernas pero quedaba como un pelotudo)

El Hombre Moneda:- Eso. “Merquetin” Esa noche en el Casino lo único que gané fue un concurso de vómitos, en el cual participé del pedo que tenía. Cuando recuperé la conciencia y me di cuenta de que había arruinado mi vida decidí suicidarme.

Pero antes tenía que sacarme una duda existancial de mi cabeza: ¿el “PECMEN” (pac-man) tiene pausa?

Jota:- Eso también me lo robaste

El Hombre Moneda:- Si, gil registrá tus cosas bobo. Sigo con mi historia: entre a unos fichines y mientras buscaba el Pecmen (pac-man) ví a un pequeñin jugando al “Güenderbey” (Wonder Boy) o al Islander, porque si se fijan bien son iguales, y cuando perdió le agarró un ataque de nervios y dijo: “este juego de mierda es imposible de pasar con un solo crédito” y tiene mucha razón. Cuando la conchuda de la máquina puso en la pantalla Insert Coins una luz me iluminó. Inserté mi cabeza en la máquina y juntos pasamos todo el juego. Me dí cuenta que ese era mi propósito en la vida.

A partir de ese momento recorro los fichines de todo el país regalando créditos para que los chicos puedan pasar sus juegos favoritos. Fundé el TCIC ( Te Cagamos Insert Coins) y me contrató Nivel X para no tener que pagar las fichas en los torneos de "deitona iusei" (Daytona USA).

Jota:- Ehhhh sigo sin entender por qué estás llorando ¿Pasó algo malo después?

El Hombre Moneda:- Si! Los muy putitos de los dueños de los videojuegos se aliaron y crearon el TCM (Te Cagamos Monedaman) y crearon los primeros Sacoa y sus malditas tarjetas recargables. Con este sistema ya nadie me necesita…


El día que Monedaman

conoció a Mick Jagger

o el día que nos quedamos

sin ideas para las fotos.

En ese momento hizo una pausa para que me ponga a llorar, pero la verdad es que no me conmovió una mierda.

Jota:- esa fue una historia conmovedora (mentira), pero me gustaría saber más acerca tuyo. Por ejemplo como naciste?.

El Hombre Moneda:- Yo nací con un proyecto de Perón allá por el año ’55. Perón quería unir a los inverso… Perón quería… Perón… Perón… que grande sos PERÓN; PErÖn!!! Peeerrrooonnn…

De repente El Hombre Moneda empezó a delirar y a repetir Perón todo el tiempo, estaba claro que se había tildado. Apreté "Ctrl +Alt+ Suprimir-Hombre Moneda-Finalizar Tarea" pero no pasó nada. Así que decidí llamar a un empleado para que traiga a un médico. Un dolor recorrió mi estómago, pensé que era la angustia de verlo tan mal, pero después me di cuenta de que me estaba cagando encima. Corrí al baño, me senté en el inodoro y al grito de “POR EL PODER DE GREYSKOL!!!!!” me eché un terrible garco todo líquido, descompuesto que terminó tapando todas las tuberías. Volví a los fichines, con 10 kilos menos, y me llevé la sorpresa de que El Hombre Moneda no estaba más. Me acerqué al flaco que atiende el Sacoa y le pregunté:

Jota:- ¿donde está El Hombre Moneda?

Empleado:- Lamentablemente ya no está entre nosotros...

Jota:- (me puse a llorar de la tristeza) Cada vez que me encuentre diez centavos, que me compre un chicle Bazooka de los que te pintan la lengua o cada vez que una máquina me diga Game over Insert Coins recordaré tu nombre como la brisa del mar... El Hombre Moneda

Empleado:- No, me expresé mal, no está entre nosotros porque se acaba de ir.

Jota:- Te zarpás en pelotudo, ¡pelotudo!.

Salí a la calle y busqué al Hombre Moneda, pero ya se había ido.

Decidí volver a mi casa, pero seguía sin saber donde estaba, así que pensé un plan. Si yo me tomé un vino tinto y al abrir los ojos estaba acá, si me tomo un vino blanco tiene que hacer el efecto contrario y al abrir los ojos tengo que aparecer en mi casa. Una simple regla de 3, matemática pura Dady. Y así fué, así fue que al abrir los ojos estaba de nuevo al lado del linyera, pero ahora el se preparaba para desvirgarme el orto. Grité como Macalqui Corquin en Mi Pobre Angelito, corrí como Forrest Gump, en Forrest Gump y así llegué a casa.

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JOTA: Sin más nada que decir, esta es la asombrosa historia de como tapé el baño de Sacoa. Ah y también de cuando conocí a El Hombre Moneda.

Michot: Esa historia la contaste 5 veces, es malísima y nunca te creímos

WAV: Hacenos un favor y no nos rompas más las pelotas

FIN

---------> JOTA

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